En esta página ya hemos hablado de la importancia de la risa en la vida, y por qué no, también en el aula.
Una buena forma de romper con la monotonía del aula, liberar tensiones después de estar sentados en la misma postura durante un tiempo prolongado, animar a la socialización del grupo, además de todos los beneficios físicos que produce, es introducir conscientemente la risa en el aula.
Para ello, se pueden utilizar distintas actividades o dinámicas que pueden generarla. Destaca por ejemplo entre ellas la mímica. Con estas prácticas se pueden trabajar posturas relacionadas con determinados sentimientos (alegría, tristeza, enfado, etc.) a través de la expresión corporal.
Estas posturas pueden ser buen comienzo para aquellos alumnos/as que se estén iniciando como mimos. Además, en este caso, se puede trabajar también las bases fundamentales de la educación emocional desde pequeños a través del rostro y sus gestos. Si al realizar los ejercicios uno se pone frente a otro, seguro que la gestualidad provocará la risa mutua.
Una buena forma de romper con la monotonía del aula, liberar tensiones después de estar sentados en la misma postura durante un tiempo prolongado, animar a la socialización del grupo, además de todos los beneficios físicos que produce, es introducir conscientemente la risa en el aula.
Para ello, se pueden utilizar distintas actividades o dinámicas que pueden generarla. Destaca por ejemplo entre ellas la mímica. Con estas prácticas se pueden trabajar posturas relacionadas con determinados sentimientos (alegría, tristeza, enfado, etc.) a través de la expresión corporal.
Estas posturas pueden ser buen comienzo para aquellos alumnos/as que se estén iniciando como mimos. Además, en este caso, se puede trabajar también las bases fundamentales de la educación emocional desde pequeños a través del rostro y sus gestos. Si al realizar los ejercicios uno se pone frente a otro, seguro que la gestualidad provocará la risa mutua.