
Quizás esta información habría sido muy valiosa al principio del confinamiento. Pero a mi favor he de decir que cuando nos despedimos en el cole lo hicimos pensando que iban a ser 15 días, en los que íbamos a seguir trabajando y/o teletrabajando (pensando propuestas, aprendiendo canciones, dedicándonos a esas cosas a las que no nos podemos dedicar por falta de tiempo con el día a día…). Sin embargo, esos 15 días se han convertido ya en un mes y muy probablemente con, al menos, otro mes a la vista.
En esos primeros días me dediqué a vivir el momento, el día a día, iba resolviendo lo que iba surgiendo en el mismo momento que surgía. No pensé en establecerme una rutina. Tenía la sensación de no estar haciendo nada en todo el día pero con la paradoja de estar dedicando todo el día a cosas que “había que hacer”. Como resultado, la mente me iba a mucha velocidad, inversamente proporcional al ritmo que me iba el cuerpo. También dedicaba más tiempo del que me imaginaba a ver las noticias, comparar cifras y hacer hipótesis sobre cuándo podría volver a incorporarme a mi vida “normal”.
Sin embargo, parece ser que mi vida normal en los próximos meses va a ser ésta. Y esto, sin lugar a dudas, por mi bienestar, significa que necesito una rutina.
Así que os voy a compartir a continuación los tipos de actividades que me parece importante que estén en nuestro horario semanal, en la medida que podamos, y ejemplos de cada una de ellas, por supuesto se puede completar con lo que a uno le apetezca. Me he propuesto una perspectiva holística que contemple actividades para cuerpo, mente y espíritu. Espero que os ayude a crear la vuestra.
Actividad para nutrir el alma (Yoga, meditación, taichí, chikung, reiki, lectura, estar en silencio, escuchar música, mantras…)
Momentos de alimentación (Desayuno, almuerzo, comida, merienda y cena)
Cuidado de la casa (Cambiar muebles de lugar, reorganizar algo de la casa, ordenar lugares desordenados, eliminar o donar cosas que no usamos…)
Actividad laboral (Trabajo presencial, trabajo online, voluntariado…)
Actividad creativa o artística (pintar, tejer, modelar, hacer pulseras y collares, dibujar, colorear mandalas, cocinar, tocar un instrumento musical…)
Actividad social (llamar por teléfono, videoconferencias, hablar con el vecino por la ventana, escribir por mensajería instantánea…)
Actividad física (zumba, cardio, bicicleta, correr en cinta, pilates…)
Higiene y cuidado personal (ducha, lavar cabello, hidratación de la piel, pintar uñas, exfoliación casera de la piel, animarse a cortarse el pelo…)
Actividad de aprendizaje (cursos y ponencias online, lectura de una disciplina específica.
Algunas recomendaciones:
-Que haya siempre en cada día al menos una o dos actividades no obligatorias, sino que escojamos nosotros porque nos guste hacer.
-Ajustar las actividades al tiempo que dispongamos.
-Tener en cuenta una rutina que aproveche las horas de luz para hacer actividades y las nocturnas para dormir.
-Evitar en lo posible un excesivo consumo de nuevas tecnologías (trabajo con ordenador, ver la televisión, uso del móvil, videoconferencias, etc.). Compensar con otras actividades que no requieran pantallas.
Porque nunca es tarde para establecer rutinas y los beneficios son muchos (tanto para adultos como para niñ@s).
Espero que os animéis a crear vuestras rutinas y las de l@s más peques de la casa.