Es algo tan sutil que no solemos pararnos a valorar qué colores nos rodean. Nos movemos día a día entre miles de colores y tonalidades distintas y no somos conscientes de ello. No tenemos tiempo de parar y darnos cuenta de ellos. Sin embargo es algo que tienen muy en cuenta las empresas a la hora de diseñar sus marcas, el mundo publicitario, los supermercados, en el diseño y de los hospitales, etc.
Seguramente deberíamos ser mucho más conscientes de los colores que nos rodean, de los colores que hemos elegido en los distintos espacios de nuestra casa y de los colores que elegimos poner sobre nuestro cuerpo durante muchas horas al día, muchos días al año.
Por supuesto, también es algo que afecta a las criaturas y con lo que se juega a favor o en contra si se tiene en cuenta o no en los tonos de la ropa que usan, los colores elegidos en el mobiliario y paredes donde estudian (en casa y en el colegio) o donde descansan, etc.
Durante un tiempo he llegado a trabajar con bebés y he visto de primera mano cómo les afecta unos u otros colores. Es muy difícil que un bebé pueda dormirse plácidamente con un muñeco o manta de color rojo intenso junto a su cabeza, color que debería estar prácticamente prohibido en niñas o niños de carácter nervioso.
Algunos de los colores que pueden influirnos más, y a los más pequeños de la casa, pueden estar en:
-Los tonos de las paredes de su habitación.
-La ropa de cama donde descansan.
-Los colores de las cortinas, por donde entra la luz solar (directa o indirecta) y que toma sutilmente ese tono en toda la estancia.
-Color de la mesa sobre la que están trabajando o haciendo los deberes.
-La ropa que llevan puesta.
-Los colores predominantes en las distintas aulas o espacios del colegio.
De esta cuestión se ocupa la llamada CROMOTERAPIA o terapia que utiliza la luz de determinado color o colores para intervenir en el estado anímico o emocional del paciente para mitigar o incluso curar determinadas dolencias.
Existe mucha literatura sobre lo que significa cada uno de los colores más relevantes y las emociones a las que se asocian. Incluso existe una parcela de la psicología dedicada al estudio del efecto de los colores, la llamada PSICOLOGÍA DEL COLOR.
A continuación os pongo un resumen de algunos de los colores más usados:
AMARILLO: se asocia con la alegría, la felicidad, es un color que potencia la energía y el logro de los objetivos marcados. Es esencial para generar la positividad.
NARANJA: asociado a la estimulación de la creatividad, la más perfecta unión entre el cuerpo y la mente y el optimismo. Es bueno para las personas tímidas, con problemas en la socialización.
ROJO: este color es actividad pura, energía y vitalidad. Estimula la acción en todos sus sentidos. Es muy excitante, cuidado al usarlo en lugares o actividades que requieren tranquilidad y sosiego.
AZUL: es, sin duda, el color de la tranquilidad, de la paz. Muy presente en lugares donde es tan necesaria, como los hospitales. Invita a la calma, pero también a la melancolía.
VERDE: Induce al sueño y es calmante. Es el color predominante en la naturaleza, nuestro entorno propio por excelencia (aunque nos hayamos desconectado mucho de ella, ver mi post: “Conectar con la naturaleza desde casa”).
MORADO: Es color de la intelectualidad y la sensibilidad. Produce un efecto tranquilizante. También ayuda en la búsqueda y desarrollo de la creatividad. Buen compañero de viaje hacia la espiritualidad y el conocimiento de sí mismo. Ideal para tener en sesiones de meditación.
NEGRO: El negro es la suma de todos los colores, por tanto tiene una carga muy potente. Es sinónimo de misterio, de seriedad. En el vestir se asocia, por convicción social, con la elegancia, la neutralidad. Es un color dotado de mucha fuerza.
BLANCO: Por el contrario al negro, el blanco es la ausencia de todo color. Tradicionalmente asociado con la pureza, la inocencia.
ROSA: Genera ternura, romanticismo e ilusión. Asociado a la delicadeza. Es puro amor.
GRIS: Provoca naturalidad y calma. Pero también puede sentirse apatía y falta de motivación si se observa con continuidad. Asociado también a la neutralidad. Hay que tener en cuenta que en realidad el color gris está a medio camino entre el blanco y el negro, una mezcla de ambos, el tono de gris mostrará si está más cerca del negro o del blanco.
Un ejercicio muy sencillo y que puede ser muy interesante hacer incluso con niñ@s es el de colocarse frente a una cartulina de un color determinado y hablar sobre lo que notamos al observarle, lo que nos hace sentir. Aunque parezca difícil para los niñ@s, creo que lo complicado para ellos es verbalizarlo, pero seguramente percibirán mucho más que nosotros como adultos. Cuanto más pequeños son, más conectados con la percepción están…
Otro ejercicio derivado del trabajo con colores es utilizarlos terapéuticamente. Si con el niñ@ hemos visto que el azul transmite calma, por ejemplo, y estamos viviendo un conflicto que nos genera nerviosismo, seguramente observar un tono azulado se convierta en un recurso más que óptimo para buscar esa ansiada tranquilidad.