El pasado día 30 de marzo nos dejó Mauricio Wild. Probablemente sea imposible hablar de la escuela activa sin mencionar a Mauricio y Rebeca Wild, y su gran centro educativo, el "Pesta" en Ecuador, donde comenzaron su gran aportación al mundo de la educación: un importante cambio de conciencia en cuanto al trato con l@s niñ@s se refiere.
Para mí son doblemente importantes, ya que fueron la puerta de entrada hacia mi conocimiento de la Escuela Activa y metodologías alternativas. Cuando me encontraba en una profunda crisis de profesión, a punto de plantearme una reinvención y cambió de ámbito en lo profesional, de repente, me encontré con alguna de las obras del matrimonio Wild y algunas de sus profundas reflexiones. Fueron medicina para mi alma y abrieron ante mí un camino que actualmente sigo transitando y por el que espero continuar durante muchos años.
Al enterarme de la noticia por supuesto me he entristecido, pero me alegra saber que ambos permanecen en la actualidad y espero que continúen permaneciendo. Eso significará que la educación va por buen camino.
Pongo en común a continuación algunas de las ideas que más me llegaron cuando leí una de sus obras, "Educar para ser":
-En la escuela activa tiene tanta importancia la actividad de l@s niñ@s como la de l@s adulto@s.
-El papel del adulto se basa en detectar las necesidades de l@s niñ@s y emplear todas sus fuerzas en satisfacerlas en la medida de lo posible.
-Creen en que la criatura tiene la capacidad de autoeducarse. La naturaleza dota al niñ@ de inesperadas posibilidades de desarrollo si le damos la libertad de que él decida por sí mismo cómo, cuánto y durante cuánto tiempo.
-Creen en la utilización de materiales estructurados, con una presentación bella y atractiva, que dispongan de control de error (al manejarlos , el niñ@ detecta que no está bien por sí mismo, porque el material se lo indica, no porque un adulto externo se lo cuestione). De este modo, el error es parte natural del proceso, no se somete al juicio (muchas veces subjetivo) externo del adulto o compañer@.
-No creen en la disciplina basada en la autoridad de los adultos. L@s niñ@s en la escuela respetan las reglas porque están dispuestas por ell@s mism@s para contribuir a la seguridad y bienestar de tod@s l@s integrantes del grupo.
-El punto anterior hace que el niñ@ se responsabilice de sus propias acciones, en el presente y como adulto posteriormente el resto de su vida.
-El profesional que trabaja en este sistema se encuentra en un proceso de reeducación permanente: debe aprender paulatinamente a anteponer las necesidades de las criaturas a las suyas propias.
-Los niñ@s procedentes de los sistemas educativos libres tienen las habilidades y recursos necesarios como para poder adaptarse perfectamente a otros sistemas de aprendizaje en la línea de la enseñanza tradicional. Precisamente esos recursos, para mí, son la esencia de la escuela libre y una de las muchas aportaciones que la enriquecen y hacen de ella una gran opción.
Estas son solo algunas de las reflexiones. Recomiendo por supuesto la lectura de cualquiera de los libros basados en sus descubrimientos: la ya nombrada "Educar para ser", "Calidad de vida", "Libertad y límites. Amor y respeto" (muy recomendable), "Aprender a vivir con niños. Ser para educar", "Etapas del desarrollo" (recomendable para acompañantes/profesionales de la educación o "La vida en una escuela no-directiva".
En fin, descanse su cuerpo en paz, permanezca eterna su alma en cada persona que dedica su vida a los niñ@s.