El poder de las palabras es inmenso. Seguramente no tenemos dedos en las manos suficientes para contabilizar las veces que le decimos a l@s peques algo parecido a un “muy bien” o un refuerzo positivo similar. Unas palabras tan aparentemente inofensivas y tan arraigadas que esconden mucho más de lo que creemos.
Esas reacciones son un refuerzo positivo que procede de una persona ajena a la criatura. Al principio, ésta se da cuenta de que obtiene un premio verbal cuando hace las cosas de determinada manera y, con el tiempo, se vuelve adicto a ese premio y lo reclama constantemente del adulto.
De este modo, es fácil encontrar pequeñ@s que reclaman constantemente ese premio, por ejemplo, enseñando cada trazo nuevo que realizan en un dibujo. Necesitan esa aprobación externa constantemente para saber que lo están haciendo bien. Y esto no se queda ahí, sino que va mucho más allá, ya que cuando van pasando los años (cuando ya son adult@s) suelen ser personas de carácter muy inseguro que necesitan la guía y aprobación constante de los demás, algo que podemos observar claramente en situaciones laborales al depender tanto de la aprobación de un mando superior.
Todas estas situaciones acaban con cualquier mínima muestra de creatividad que pueda darse, ya que hacemos las cosas para contentar a un externo, a una persona en concreto, sujetas al criterio de lo que esa persona considera bueno o malo. Además, las criaturas no disfrutarán del proceso todo lo que podrían, ya que su atención se encuentra mucho más centrada en si su producción entra al criterio o no del adult@, criterio que por supuesto es muy objetivo. En resumidas cuentas, todo gira en torno a lo que en realidad no es más que una opinión.
Por todo esto, creemos que es muy importante facilitar respuestas alternativas al trabajo de la criatura que la animen a la concentración y motivación sin que se conviertan en ese refuerzo positivo tipo premio del que hemos estado hablando. A continuación os damos algunas ideas:
1.He visto que te has esforzado un montón.
2.Llevas concentrad@ mucho tiempo.
3.Ya veo que has usado colores como…
4.Lo has intentado muchas veces.
5.¿Estás content@ con el resultado?
6.¿Has conseguido lo que habías pensado?
7.¿Te apetece mostrar el resto de compañer@s tu trabajo?
8.Podemos elegir un sitio para colgar el dibujo que has creado.
9.¿Me quieres contar cómo has llegado a ese resultado?.
10.¿Has tenido alguna dificultad?
11.¿Has disfrutado realizándolo?
Si dedicamos un tiempo a pensar en ello, le ponemos un poco que creatividad y tomamos consciencia del momento presente en el que el niño o niña nos muestra su trabajo como si de un tesoro se tratase, podremos llegar a cambiar nuestra comunicación de una forma mucho más sencilla de lo que a priori parece. Solo necesitamos constancia, paciencia y fuerza de voluntad.
Feliz día!!