Propuestas infantiles para conectar con la naturaleza

 


En los tiempos que corren, seguramente tod@s sabemos que la naturaleza es nuestro contexto por excelencia, aunque se nos haya olvidado mientras hacemos por vivir en estas ciudades de hormigón que hemos creado. Uno de los problemas que más preocupan a los expertos es que sufrimos de una alarmante carencia de experiencias en la naturaleza, y si nos permitís añadirlo, nuestr@s más pequeñ@s lo están sufriendo mucho ya que su desarrollo físico, psicológico y mental se está viendo peligrosamente afectado.

Por ello, desde Aprendiendo Educación deseamos compartir nuestra pequeña reflexión para disfrutar de verdaderas experiencias en la naturaleza que nos enriquezcan, a grandes y pequeñ@s, tanto en cuerpo como en nuestra mente y nuestro espíritu.

Os animamos a que probéis todas aquellas que podáis con la mayor frecuencia posible, vuestro ser os lo agradecerá y además vuestro vínculo familiar se verá muy fortalecido.

Con mucho cariño, aquí van:

1.Buscar setas. Cada estación del año ofrece determinados recursos y opciones especiales. Una de las que se producen en otoño es la de buscar e identificar las setas silvestres que vayamos encontrando en nuestro camino. Podemos hacernos con una guía de micología que ofrezca un buen repertorio de imágenes para que sean los propios niñ@s los que puedan buscar e identificar especies y aprender mucho de sus características: color, tamaño, si son venenosas o comestibles, su nombre común y el científico…mucha precaución al comerlas, evitar su ingesta si no se conocen muy bien.

2.Del mismo modo que setas y hongos, se pueden identificar otras especies vegetales como los árboles. Se puede incluso tomar muestras de las hojas o de sus frutos y clasificarlas según variados criterios: tipo de hoja caduca o perenne, forma de la hoja, etc. Puede ser un gran estímulo para abrir un libro de ciencias naturales o realizar todo un catálogo de especies en forma de herbario.

3.Tomar hojas y flores distintas para secar entre las páginas de un libro o incluso crear una pequeña prensa casera de secado. Esas muestras podrán servir más tarde para decorar cuadernos, crear marcapáginas u otras muchas manualidades que podrán llevarse a cabo cuando el tiempo atmosférico sea más adverso y no podamos salir tanto al exterior.

4.Observación de aves. Un buen plan es hacerse con unos prismáticos y una completa guía de aves y pájaros para salir de ruta por la naturaleza y descubrir más sobre estos animales. En muchas ocasiones podemos encontrar también plumas de diversos tipos, formas, tamaños y colores que pueden ser un fácil y didáctico objeto de colección.

5.Jugar con barro, arcilla o charcos. Es una de las experiencias que más demandan las criaturas y que menos les solemos permitir porque se manchan. Sin embargo, actualmente existen trajes de lluvia y botas que preparan al niñ@ los suficiente como para que pueda vivir esa experiencia sin terminar lleno de agua.

6.Recoger distintos objetos naturales en los paseos por el campo, bosque o playa. Les encanta coger palos, piedras, conchas, frutos, etc. Les llama la atención como si de auténticos tesoros se tratase. Una buena propuesta para la vuelta a casa puede ser crear una caja donde guardar esos tesoros y clasificarlos por grupos. Es además una manera para que elijan cuáles quieren conservar y cuáles devolver a la naturaleza, ya que no se pueden recoger grandes cantidades: solo lo que quepa en la “caja de los tesoros”.

7.Buscar árboles a los que l@s peques puedan subirse. Siempre de forma segura y con el acompañamiento activo y presente de un adult@, resulta un excelente ejercicio de observación, motricidad gruesa y equilibrio (no olvidemos que tenemos mucho de primates). Además, puede ser el pretexto perfecto para conocer más sobre ese árbol y lo que sucede en él (resina, corteza, partes de un árbol, insectos u hormigas que viven en él…).

8.Recoger palos para realizar una construcción con ellos y cuerdas, una creación artística, un mandala, un adorno para la pared, una varita mágica decorándolo con trozos de lana de colores o pintándolo…

9.Dotar al niñ@ de una cámara de fotos para que pueda fotografiar todo aquello que le llame la atención. Con esas fotografías puede elaborar un álbum de todas sus salidas a la naturaleza e incluso escribir anotaciones que reflejen dónde estuvieron, cuándo, quienes e incluso contar lo que vieron. Todo un ejercicio de lectura, escritura, creatividad, memoria…para crear un cuaderno de campo.

10.Un paseo por la naturaleza también puede ser el mejor lugar para hacer una parada y sentarnos a hacer algún ejercicio de meditación sencillo con l@s peques. El simple hecho de cerrar los ojos y observar detenidamente con nuestros oídos los sonidos que escuchamos alrededor será suficiente para tomar conciencia del aquí y del ahora, renovando cuerpo y mente.

 

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