Como todos los años por estas fechas, todo a nuestro alrededor nos recuerda nuestra gran asignatura pendiente: el consumismo que impera en esta sociedad.
Nos cuesta tener ocio sin que haya de por medio gastos de algún tipo y obtención de objetos materiales que intentan satisfacer nuestro hambre emocional.
Y las criaturas aprenden a vivir de este modo, somos ejemplos claros para ellas. Cómo entender la vida es cuestión de actitud y depende de cada uno de nosotr@s.
Es triste que nuestras conversaciones estén invadidas de qué cosas tengo, qué es lo que me gustaría tener, qué es lo que tiene otra persona...y si ponemos un poco de consciencia el consumismo está más presente en nuestro día a día de lo que creemos.
Pongamos intención en coleccionar momentos, experiencias, compartir aquello que no usamos...ese tipo de cosas son las que enriquecen nuestro espíritu.
Regalemos sonrisas, viajes, paseos medicinales por la naturaleza, manualidades llenas de amor, tiempo de nuestra vida que es un bien más preciado que el dinero.
Este tipo de cosas son las que marcan la diferencia. Es lo que distingue a una persona material de otra espiritual, la riqueza del alma que se ve en el rostro, porque la cara es el espejo del alma.
Sembremos en nosotr@s mism@s el cambio que queremos ver en el mundo, porque el gran cambio de la humanidad comienza en un@ mism@.
Y nuestras criaturas, fieles esponjas, captarán toda esta esencia sin que tengamos que explicarles ni una sola palabra. Porque uno de los métodos de aprendizajes más efectivos siempre ha sido el de "predicar con el ejemplo".
Felices Reyes Conscientes