Llevo un tiempo descubriendo la magia del minimalismo e intentándolo aplicar a todos los aspectos de mi vida. Frases como "menos es más", "mantener el foco en lo importante" o "simplifiquemos la vida, que bastante compleja lo es ya" suenan y resuenan en mi cabeza todo el rato.
El minimalismo se está colando en todos los aspectos de mi vida, y por supuesto, también en mi profesión.
Siempre he pensado, muy dentro de mi, que los profesionales del ámbito educativo a veces nos gusta enredarnos un poco la cabeza. Damos vueltas y vueltas y más vueltas a teorías, estrategias y métodos cuando en realidad todo proceso educativo se produce cuando las circunstancias son óptimas para ello. Toda persona tenemos dentro de nosotr@s mism@s un hambre de curiosidad y conocimiento que desea ser saciado. Como acompañantes en el aprendizaje que somos, debemos procurar que haya las menores interrupciones posibles y asegurar que el entorno facilite y no dificulte ese proceso.
El resto ya corresponde a cómo llevar a cabo esa acción y observar objetivamente para evaluar ese proceso y poder ir moldeando el entorno para que juegue a favor del aprendizaje y no en contra.
Y eso es lo importante. Estamos inmersos en la era de la información, tenemos toda la información que queramos a golpe de clic. Se acabó esa imagen canónica del profe lleno de información, ahora lo que se necesita es una persona que facilite y guíe el proceso de aprendizaje. Hemos pasado de un alumn@ que asume como cierto lo que escucha, que acata y memoriza para evitar castigos, reprimendas o humillaciones públicas a una persona que toma un papel activo en su propio aprendizaje, que investiga, cuestiona, comparte, compara, critica, concreta, deduce...
Y todos estos aspectos ya se pueden encontrar en peques de infantil. Lo que pasa es que se llevan a cabo esos procesos bajo la máscara del juego libre. Como adult@s, si observamos atenta y respetuosamente, sin intervenir ni distorsionar, nos daremos cuenta de que lo que para nosotr@s es solamente un juego, en realidad oculta mucho más detrás.
Por eso es tan importante dejar a la infancia el máximo tiempo posible de juego libre. Si tuviésemos que reducir a un solo aspecto toda la crianza respetuosa, dentro de lo que podría llamarse crianza minimalista o aplicación del minimalismo a una crianza consciente, seguramente sería el fomento y respeto al juego libre.
Si pudiésemos añadir alguna más, sería interesante que intentásemos llevar a cabo un estilo de crianza en el que la criatura tuviese oportunidades de decidir y elegir pero dentro de unas opciones predeterminadas y teniendo en cuenta su seguridad, la de los demás y cuidando el entorno natural o artificial que le rodea.
Además, el entorno que le rodea debe tener unas reglas o límites que le ofrezcan seguridad. Los límites deben comunicarse previamente, siendo pocos y claros.
Según Jane Nelsen, seguidora y difusora de la Disciplina Positiva, la clave está en tratar al niñ@ con el equilibrio perfecto entre firmeza y cariño. Todo un arte.
Este post tan minimalista intenta ser una llamada para buscar de nuevo el foco si lo habéis perdido, para iniciarse en esto de la educación y crianza respetuosa o para resumir y clarificar cuatro cosas importantes que prácticamente casan bien con cualquier metodología activa y consciente que se precie. Son como las bolas que giran en el juguete de madera para gatos de la fotografía que encabeza este artículo, son lo esencial y el resto complementa.
No podemos despedirnos de otra manera: "menos es más y ten el foco en lo importante".
Un abrazo