Conectar con la naturaleza desde casa


Desde hace un tiempo venimos escuchando la importancia de que conectemos con la naturaleza. Nuestro entorno más primario como seres humanos es el natural, aunque viviendo la vida moderna en la que estamos inmersos se nos haya olvidado. Esta vuelta a la naturaleza, es un reclamo, una llamada de auxilio, porque ya se están sufriendo las consecuencias de vivir largos periodos de tiempo en cubículos distantes del medio natural, de la luz del sol: coches, casas, oficinas, colegios, centros comerciales…y un sinfín de opciones que nos aíslan de nuestro verdadero medio. Las pantallas es uno de los principales motivos por los que no disfrutamos más de la naturaleza, y está siendo algo alarmante en niñas y niños. Los más pequeños están sufriendo de ansiedad y estrés, de sobre estimulación a través de las pantallas.

En estos días en los que nos hallamos metidos en nuestras casas-cubículos más que nunca, por un importante motivo, no deja de rondarme la cabeza cómo estamos viviendo estos momentos y también las criaturas. Mi hipótesis es que en los inicios tal vez haya habido buenas intenciones y predisposición con propuestas como cocinar, elaborar masas y plastilina casera, dibujar, colorear, hacer diversas manualidades, contar cuentos…pero poco a poco y sumando cada vez más días de confinamiento a nuestras espaldas (sumados en muchas ocasiones con la tarea de conciliar en la misma vivienda con el teletrabajo), tengo la sensación de que aumenta el consumo de actividades de pantalla: películas, dibujos animados, videojuegos, vídeos musicales…

Seguramente el consumo de pantallas sea directamente proporcional al estrés, es decir, a un niño o niña ya estresado por la situación, le añadimos el estrés que de por sí generan horas de pantalla. Estos días, entre tantas propuestas para hacer con niñ@s, llego a mí una propuesta de observación de aves desde la ventana de casa y me pareció, cuanto menos, un intento por conectar con la naturaleza a la que no podemos acceder y que nos hace tanta falta estos días.

Así que me he puesto manos a la obra y entre investigación y creatividad he formulado algunas propuestas para acercarnos a la naturaleza aunque sea en la distancia, sus beneficios son tales que al menos deberíamos plantearnos alguna de ellas. Se habla ya de los efectos económicos de este parón vírico, pero no sé si llegaremos a ser conscientes en un futuro cercano de todas las consecuencias que va a tener esto en nuestras mentes, ya que éstas las vamos a sufrir durante largo tiempo.

1.Elaborar un comedero para pájaros que podamos colocar en nuestro patio, terraza o ventana. Es una idea con doble beneficio, por un lado daremos de comer a las aves hambrientas que no disponen de los restos que los humanos solemos dejar por los suelos urbanos. Y por otro, provocaremos que se acerquen más a nuestra ventana, con lo que podremos contemplarlas de cerca así como los sonidos que emiten.

He encontrado esta propuesta, pero hay muchas más.

2.Practicar jardinería. Si eres de esos afortunados que disponen de patio, jardín o terraza con espacio suficiente para poder tener plantas o incluso huerto, no tienes excusa. Que puedas pasar un rato cultivando será más beneficioso que el ver una película en la televisión. Tu mente y tu cuerpo te lo agradecerán. Sin embargo, si como yo no tienes nada más que una triste ventana por donde, con suerte, pasan algunos tímidos rayos de sol durante algunas horas del día o incluso no hay sol en tu casa, no te preocupes, hay opciones. Puedes tener plantas aunque sea de interior, cualquier planta será como una pastilla de bienestar para tu cuerpo y tu mente. Recuerda que las plantas absorben dióxido de carbono y otras sustancias patógenas (contaminantes) del aire.

3.Intenta ventilar diariamente durante un tiempo de al menos 15 minutos. He leído ya en varios sitios que existen más contaminantes en el aire acumulado y viciado de una casa donde no se ventila que al aire libre de una gran ciudad. Sobran más palabras.

4.Escuchar un audio con sonidos de la naturaleza. Está comprobado que si imaginamos o recordamos una situación de bienestar que hayamos tenido en alguna ocasión, nuestro cuerpo se siente como si la estuviésemos viviendo de nuevo (lo mismo ocurre con las situaciones de disgusto o trágicas). Así que una buena idea para que nuestro cuerpo se beneficie a cierto nivel de experiencias que hayamos tenido en la naturaleza es sentarse en un lugar tranquilo, ponerse unos auriculares y escuchar un audio que nos lleve a la naturaleza mientras tenemos nuestros ojos cerrados. Mis sonidos favoritos son el canto de los pájaros y el sonido del mar.

Mientras estoy escribiendo este artículo estoy escuchando esto.

5.Busca el sol en tu casa. Si eres de los afortunados que les entra el sol en su casa en determinados momentos del día…no lo dudes. Aprovecha a tomar el sol, a sentarte mientras tomas un café, infusión o lees un libro y al mismo tiempo te estarás beneficiando de las bondades del sol, entre ellas la vitamina D. Cuidado, el sol a través del cristal también te puede quemar la piel, no lo descuides.

6.Ver vídeos o documentales sobre naturaleza. Del mismo modo que hemos indicado al hablar de las bondades de escuchar un audio con sonidos naturales, verlo implica también el sentido de la vista. Probadlo, especialmente cuando nos sintamos tentados a consumir tiempo de pantallas.

Espero que disfrutéis de todas estas propuestas, y de muchas más que se os ocurran, y os animo a que hagáis partícipes a l@s niñ@s en ellas.





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