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En la era de la tecnología en la que nos encontramos es difícil no encontrar imágenes alrededor. Todo nos llega a través de la imagen, hemos pasado de la presencia más o menos activa de imágenes estáticas a una preponderancia de la imagen en movimiento.
Así, es frecuente encontrar pantallas allá donde vayamos. Para saber la salida o llegada de los trenes, información a través de imágenes en movimiento con cuñas publicitarias incluidas. Mientras esperamos el metro en el andén, imágenes en movimiento nos indican las noticias destacadas del día junto a algún anuncio también destacado. Para pedir la comida en muchos restaurantes de comida rápida, ya no es necesario conversar con una persona, existen unas pantallas a través de las cuáles puedes hacer tu pedido.
Y así, poco a poco y de manera inconsciente, nos vamos haciendo auténticos consumidores de imágenes. Y un alto porcentaje de las imágenes que consumimos diariamente no las hemos elegido nosotros. Ni hablamos del móvil y de las que sí creemos que elegimos.
Son cifras escandalosas sin lugar a duda, pero llegan a la categoría de barbarie si nos ponemos en la piel de un niño. Y su cerebro no se encuentra preparado para tanta imagen. ¿Qué le provoca? como mínimo, estrés.
"los cuentos sin imágenes reducen el estrés visual"
Los cuentos sin imágenes son una manera perfecta de intentar reducir el estrés visual de nuestras criaturas. El papel del mero consumidor de imágenes se convierte en el creador de las mismas. El cerebro necesita respirar de tanta estimulación visual y auditiva (la imagen en movimiento casi siempre se acompaña de audio).
¿Y cómo hacer para que el cerebro respire? pues en primer lugar protegerlo lo máximo posible de la imagen, de las pantallas. Los cerebros de los más pequeños son muy delicados, se están formando estructuras cognitivas fundamentales para un sano desarrollo cerebral y la sobresaturación de imágenes, de pantallas, le perjudican.
Proporcionar diariamente ratos de silencio, de intimidad, de estimulación sensorial natural, de observar la naturaleza (que es uno de los mejores antídotos contra el estrés) y también la lectura sin imágenes.
"escuchar o leer un cuento sin imágenes potencia la imaginación del lector"
Al no tener imágenes, cada niño se encuentra en predisposición de imaginarse el aspecto de los personajes. Hace trabajar el cerebro, el cerebro comienza a trabajar dejando de lado su postura de mero consumidor de imágenes.
El cerebro, estando en esa predisposición, está en condiciones de poderse hacer más preguntas, fomentando así la curiosidad por los detalles, por la trama, sin ser distraído por los colores llamativos, casi chillones, de algunos cuentos infantiles ilustrados.
"a veces hay tanto detalle y tanta abundancia de imágenes que no le es necesario escuchar la historia para seguirla...¿eso es animación a la lectura o al consumo de imágenes?"
Existe la convicción de que cuántos más colores y dibujos tenga un cuento, cuántas más imágenes posea, más detalladas y fantásticas más gusta a la criatura. Y puede ser cierto. Pero el problema es que se siente atraído por la imagen, no por el cuento en sí.
De nuevo, la imagen, perdiéndose de vista todo lo nutritivo que tiene la lectura. En la mayoría de las ocasiones hay tanto detalle y tanta abundancia de imágenes que no le es necesario escuchar la historia para seguirla...¿eso es animación a la lectura o al consumo de imágenes?
"escuchar un cuento sin imágenes, mejora la atención y la concentración"
Si tuviésemos que decir dos capacidades indispensables para el aprendizaje y que en la actualidad están dando bastantes problemas en las aulas, serían, sin duda, la atención y la concentración. El déficit de atención ya tiene categoría de problema con mayúsculas en algunos casos.
Escuchar un cuento que no tenga imágenes hace que la única entrada de información sea la auditiva, con lo que requiere de mayor atención y requiere de mayor concentración.
Desde luego, le resultará más fácil atender y concentrarse en el aula a una criatura que esté acostumbrada a hacerlo a través de propuestas como escuchar cuentos sin imágenes que a otra acostumbrada a ver imágenes con movimiento, sonido y estímulos que no existen en la vida real, sino en la digital.
"provoca la creación de imágenes mentales en el niño, capacidad indispensable para recordar los símbolos de las letras"
Leer cuentos sin imágenes tiene beneficios directos importantes, como estamos viendo. Pero es necesario tener en cuenta que además de potenciar capacidades como la creatividad o la atención, tiene consecuencia directa en otros procesos más complejos como es el de la lectoescritura.
El cerebro del niño que está acostumbrado a crearse imágenes mentales, tendrá mayor facilidad para integrar los símbolos que representan cada una de las letras del alfabeto. Con facilidad podrá integrar y recuperar esa información, indispensable para desarrollar un sano proceso lectoescritor.
Está claro que la lectura es una de las vías más importantes para el aprendizaje, no solo de las criaturas, sino también en la vida adulta. Como acompañantes del aprendizaje de niños y niñas, deberemos elegir cuidadosamente las lecturas que les proponemos. Dentro de esa lección, además de tener en cuenta la temática del cuento, piensa en qué le está llegando también a través de las imágenes que hay en él. Y de vez en cuando, según la edad del lector, incluye propuestas sin imágenes. Puede costarle al principio, pero a largo plazo se verán los resultados.
Si no te gustan los cuentos infantiles tal y como son concebidos actualmente o crees que falta un cuento para explicar un tema en particular, anímate a escribir un cuento propio con nuestros consejos.
Si estás buscando material para trabajar la lectoescritura, te proponemos "RIMA CON LETRA", unas rimas sin imágenes en nuestra sección de materiales.
Haz de la lectura, tu aliada en el proceso de enseñanza-aprendizaje.