Siempre me ha atraído la magia de lo simple. Lo sencillo tiene una atracción para mí especial. A veces nos complicamos tanto la vida...
En educación infantil trabajamos mucho la motricidad fina. Todos los profes intentamos que nuestras actividades y propuestas sean estimulantes de la musculatura de la mano. Sabemos de sobra que es fundamental para tener una adecuada lectoescritura.
Y para ello solemos echarle mucha creatividad. Creamos propuestas muy vistosas, que llamen la atención de los peques. Sin embargo, se nos olvida lo más sencillo.
Con los bebés el mundo es más que suficiente. Lo más sencillo es estimulante por sí mismo.
Por eso hoy quiero compartir una actividad con cous cous (si, el que se come) que he realizado estos días con mis bebés. La actividad da juego para cocerlo con agua coloreada de distintos colores, pero he querido hacerlo en su versión más sencilla para demostrar que a pesar de su sencillez es muy estimulante.
Ha sido útil para practicar trasvases, usando las cucharas que vienen normalmente en las latas de leche en polvo para que distingan las de comer con las de jugar. A pesar de ello, por supuesto, se lo han llevado a la boca, formaba parte también de la experiencia sensorial. Además, esas cucharas son de colores, en este caso rosas.
He podido observar que utilizaban sus deditos en pinza (juntando índice y pulgar) para intentar tomar los pequeños granos. Cuando una peque se manchaba con el cous cous la planta de sus pies ha empezado a llorar y me ha transmitido que estaba sucio. Le he ofrecido un papel y ha pasado un buen rato limpiándose con él, moviendo su mano de forma enérgica, y limpiando todo aquello que veía lleno de cous cous. Todo un momentazo de lo que podría ser llamado en el método Montessori: vida práctica.