Sin duda el tema de la muerte es un tema difícil que no nos gusta tener que afrontar como personas adultas y mucho menos que nuestros peques tengan que lidiar con ello, muchas veces desde muy pequeñ@s.
Sin embargo, la muerte forma parte de la vida inevitablemente. No se puede valorar y disfrutar de la vida sin tener en cuenta la muerte.
Para poder tener una buena relación con la muerte es necesario trabajarse este tema a nivel emocional, sobre todo cuando no nos encontramos en un duelo. Es antes de que ocurra cuando debemos prepararnos para ello, aunque a nadie le atraiga mucho la idea, pero todos sabemos que antes o después sucederá.
Y el tema se magnifica cuando tenemos hij@s o trabajamos con peques que sufren un duelo. Por eso, con este artículo queremos ayudaros a intentar que ese duro momento sea algo lo más natural posible para tod@s, sin que se generen miedos o traumas posteriores.
Nuestras dos principales preocupaciones frecuentemente son: ¿cómo se lo digo? y ¿cómo le explico lo que es la muerte?. La segunda pregunta será consecuencia lógica de la primera debido a la novedad y curiosidad del niño o niña.
La primera pauta que queremos daros es ofrecer siempre respuestas honestas y fieles a la realidad. Por supuesto, es necesario tener en cuenta la edad y momento de desarrollo en el que se encuentre la criatura porque de eso dependerá su nivel de comprensión.
Muchas veces las personas adultas, por no ver a l@s peques sufrir, tendemos a anular nuestras emociones y sentimientos respecto a la muerte. Sin embargo, de este modo el niñ@ se puede sentir incomprendido ante su situación, frustrado e incluso enfadado. Por ello, llorar delante de las criaturas es sano, natural e incluso apropiado. Podemos expresarle que el llanto es un método que tiene el cuerpo para limpiar la pena, angustia o tristeza que estamos sintiendo en ese momento y así no se quedan estancadas esas emociones en nosotr@s. Si no lloramos delante de ell@s, subconscientemente estamos expresando que es lícito reprimir nuestros sentimientos. De este modo jamás experimentará la experiencia de ser consolado ni será capaz de consolar a otras personas.
Otra estrategia que solemos emplear es la de dulcificar el mensaje con frases edulcoradas como "ha emprendido un largo viaje" o "ha pasado a mejor vida". El efecto de estos mensajes es confundir al niñ@ y generar en él miedo constante a ser abandonado en cualquier momento. Es importante hablarle claro y decirle que "ha muerto". Y se puede decir desde bien pequeñ@s.
La observación de la naturaleza es la mejor maestra en muchas situaciones. Si la criatura conoce y experimenta la naturaleza entenderá rápido lo que es la vida y la muerte, desde esas hormigas o pequeños insectos que se mueven con brío hasta esos pájaros que nos encontramos caídos por el camino o ese gato con el que convivimos en casa.
Un recurso muy natural y efectivo en el que podemos ayudarnos para transitar un duelo con nuestros niñ@s o alumn@s es usar cuentos. A través de la lectura, muchas veces repetitiva, de diversos cuentos que tratan sobre la muerte, la criatura va integrando poco a poco el tema según su capacidad cognitiva lo va permitiendo. Sucede sin forzar tiempos, de manera natural y respetuosa.
El efecto sanador del ritual es un recurso muy recomendable de usar. Con las personas solemos realizar incineraciones y entierros y cuando no se hacen parece que queda algo sin resolver (ocurre en caso de desapariciones o de catástrofes naturales por ejemplo). Parece que nuestro cerebro necesita una despedida, un lugar donde acudir para recordar a esa persona. Y ésta es una parte muy bonita que se puede llevar a cabo con peques: crear un álbum con fotos y mensajes, pequeños altares con flores u objetos, cartas, etc.
A pesar de que a primera vista parezca un gran problema tener que decirle a un niñ@ que un ser querido ha muerto, puede ser un momento de crecimiento personal exponencial no solo para la criatura sino también para la persona adulta que lo acompaña en este duro momento. Sin duda, esta experiencia será una de las herramientas emocionales más importantes que le darás para el resto de su vida.
Seguimos aprendiendo.