Meditación del ovillo de lana para hacer con niños y niñas

 

Vivimos en una sociedad llena de inmediatez. Todo lo que queremos se convierte en una necesidad inmediata, y eso implica que todo se deba hacer en el menor tiempo posible. Si queremos un objeto, lo podemos adquirir online sin necesidad de desplazarnos a la tienda física y con suerte podemos llegar a tenerlo en nuestras manos antes de que termine el día. 

Esa inmediatez implica que vivamos acelerados, a una velocidad que no es natural, provocando estar en un estado de tensión constante que a veces no nos deja ni respirar como deberíamos para tener salud. Poco a poco, las personas en edad adulta nos hemos hecho a ello sin darnos cuenta. Actualmente nos encontramos en una vorágine de la que no podemos ni sabemos salir. Y ni hablamos de las consecuencias que a nivel mental ha tenido la famosa pandemia que hemos vivido. 


"si no sabemos cómo cuidar nuestra menter, ni mucho menos sabremos cómo hacer para que nuestras criaturas no sufran trasrtornos psiquiátricos a corto plazo"


Lo peor de todo es que nuestras criaturas están sufriendo los efectos y las consecuencias de este modo de vida. Si no sabemos cómo cuidarnos para mantener una sana salud mental, ni mucho menos sabremos cómo hacer para que nuestras criaturas no sufran trastornos psiquiátricos en un plazo relativamente corto de tiempo. Es necesario buscar herramientas.

Y una de las herramientas más efectivas y que estamos casi comenzando a explorar es la meditación. La meditación no es poner la mente en blanco y no pensar en nada, porque será entonces cuando empecemos a ser invadidos por un millón de obligaciones, de pensamientos, de juicios, de quehaceres...y nos frustraremos. 


"meditar es dar cabida a los pensamientos, agradecer y dejar ir"


Meditar es dar cabida a esos pensamientos, darles un espacio y un tiempo, ser consciente de todo eso en lo que estamos pensando, agradecerlo y dejarlo ir. Seguir atento o atenta a lo que nos sucede, tanto física como mentalmente y, por supuesto, emocionalmente. Surge entonces lo que necesitamos, a veces simplemente es paz mental y con la meditación la tenemos. 

Y en esto, como en otras muchas cosas como por ejemplo, la creatividad, los niños y niñas son grandes maestros. Son especialistas en vivir el presente, de forma natural, viene inserto en nuestros genes. Saben de sobra vivir el aquí y el ahora, son capaces de pararse en mitad del camino para observar cómo se mueve una hormiga a pesar de que lleguen tarde al colegio. 


"las criaturas tienen gran maestría en vivir el aquí y ahora, pero poco a poco pierden esa facultad debido a las prisas, a exigencias adultas..."


La clave es cómo acompañar el día a día para que las criaturas sigan viviendo el momento a pesar de que todo su contexto le lleve al futuro o al pasado. Se puede hacer mucho al respecto y aprender a la vez nosotros como personas adultas, porque en esto nos queda mucho por aprender. 

Se puede hacer mucho en el día a día acompañando a una criatura. En este artículo os presentamos una meditación original que denominamos "meditación del ovillo de lana" y que básicamente se desarrolla así:

1.Nos sentamos despacio en círculo, con las piernas cruzadas a modo de "indio".

2.Cerramos los ojos (nosotras como adultas también, confiad...).

3.Nos tapamos nuestros ojos cerrados con las palmas de nuestras manos. 

4.Notamos el calor que desprenden nuestras manos poco a poco que va llegando a los ojos, ¿lo notáis?.

5.Con los ojos cerrados vemos todo negro ¿verdad? Está como muy oscuro...

6.Pero si esperáis un poco más, con los ojos cerrados, podemos ver colores. Yo por ejemplo estoy viendo azul, rojo...

7.Ahora, siguiendo con los ojos cerrados, vamos a mirar a nuestro corazón...¿qué veis en él?. 

8.Yo ahora mismo estoy viendo un largo trozo de lana de colores que está todo mezclado, hecho un lío, desorganizado, quizás porque he estado un poco nerviosa hoy. ¿Cómo está vuestra lana?

9.Vamos dejando delante de cada niño un trozo de lana larga y un palo que previamente hemos recogido en la naturaleza (de pequeño tamaño para que se adapten sus manitas y trabajen la motricidad fina).

10.Pues ahora vamos a ordenar ese trozo de lana, podéis abrir los ojos y enrollarlo alrededor del palo para que no se haga nudos ni se alborote. 

11.Permitir el tiempo que cada peque necesite y hacerlo nosotros también con ellos. Es sanador. 

12.Terminar con que cada vez que sientan que su corazón está alborotado, pueden volverlo a ordenar así.

Es esencial que las criaturas, por un lado, dediquen tiempo a mirarse cómo se encuentran, que integren ese acto como rutina casi diaria, y por otro lado que tengan herramientas para gestionar ese malestar y convertirlo en un bienestar. Con meditaciones y recursos como éste, poco a poco observaréis avances...a veces incluso si te ven estresado te recomiendan que enrolles tu lana!! jajaja



Comentarios

Entradas populares